A veces, los días resbalan sin sentido para dejarte desenvolver los gestos atrapados. Remirar expresiones, palabras y actos ayudan a vislumbrar los trazos a seguir. A veces, la piel requiere absorber por los poros lo que no ha de ser. La calidez va fluyendo con las horas, la calma entra por los sentidos. A veces, el guiño acaricia sensualmente y deja estremecimientos que de otra manera no podrían ser. Se aparta lo superfluo, se abraza lo que quizás pueda ser. A veces, lo que podía haber sido ya no podrá ser. A veces, el tren puede llegar a pasar más de una vez pero nunca más de dos. Si se aprende a vivir el presente no quieres revolver del revés.
Iuska-Gener 2011