viernes, 21 de enero de 2011

6.Km.

Una hora, seis kilómetros. Una hora para que el frío se convierta en amigo. Empieza quemando en el rostro y avanza congelando el pensamiento. Algún resquicio olvida porque las gotas que se negaban a correr por el rostro ahora brotan  precedidas de paz. Es poderoso en sí mismo, sin ayuda te engaña, te ayuda a añorar el calor que anhelas pero no te deja huir de su indiferencia, te envuelve con una capa helada el corazón, haciéndote avanzar sin razón sin motivo, sin más. Te va susurrando, encogiéndote: no pares... no pares... camina... camina..trota... revienta... . no vuelvas la vista. Si vislumbra cualquier atisbo de deseos y esperanzas de lo esperado te muestra caminos irreales para hacerte reventar sin desfallecer. Sigue sibilino silbándote: eres caballo al viento no puedes parar, sigue tienes que llegar ¿Adónde? ingenua le preguntas, creyendo que habrá respuesta y vuelve a mostrarte el engaño creyendo que llegarás, que la respuesta llegará...
Sólo seis kilómetros, quizás mañana más, dejaré el corazón en casa...
Iuska 21 gener 2011