Una hora, seis kilómetros. Una hora para que el frío se convierta en amigo. Empieza quemando en el rostro y avanza congelando el pensamiento. Algún resquicio olvida porque las gotas que se negaban a correr por el rostro ahora brotan precedidas de paz. Es poderoso en sí mismo, sin ayuda te engaña, te ayuda a añorar el calor que anhelas pero no te deja huir de su indiferencia, te envuelve con una capa helada el corazón, haciéndote avanzar sin razón sin motivo, sin más. Te va susurrando, encogiéndote: no pares... no pares... camina... camina..trota... revienta... . no vuelvas la vista. Si vislumbra cualquier atisbo de deseos y esperanzas de lo esperado te muestra caminos irreales para hacerte reventar sin desfallecer. Sigue sibilino silbándote: eres caballo al viento no puedes parar, sigue tienes que llegar ¿Adónde? ingenua le preguntas, creyendo que habrá respuesta y vuelve a mostrarte el engaño creyendo que llegarás, que la respuesta llegará...
Sólo seis kilómetros, quizás mañana más, dejaré el corazón en casa...
Iuska 21 gener 2011
Qué tal, Sònia
ResponderEliminarson los 6km mas poéticos que he recorrido nunca
salut i peles
Andar 6 Km con frío requiere de un buen combustible que puede tener muchos nombres, quizás alguno sea el afecto.
ResponderEliminarJeje Pepa 6 Km. no son nada es media hora de camino en mi ciudad de ida y media de vuelta, soy una buena caminante de caminos y montañas, eso en el plano práctico. Pero como casi siempre (por no poner un 10) tienes razón el combustible sale más que del afecto o desafecto de emociones diversas y contradictorias, el frío en este caso sirvió de alivio y de recarga de autoestima.
ResponderEliminarGregori:
ResponderEliminarMe n'alegra la teva forma de veure'l, sí potser és romàntic jejeje.
Salut i amor. ;-))